miércoles, 17 de abril de 2013

Los orígenes del pescado salado y ahumado


Técnica de ahumado en trucha
¿Sabías que es gracias a nuestros ancestros que podemos disfrutar hoy en día del preciado sabor del pescado en salazón y también de los ahumados?

Sin duda, la conservación de los alimentos pereceros supuso un auténtico reto para nuestros antepasados y su resolución favoreció en gran medida a la evolución humana. En periodos angostos (provocados por sequías, bajas temperaturas o el hielo) era necesario contar con reservas que garantizaran la supervivencia de los grupos y fue por este motivo que se desarrollaron técnicas de conservación como la salazón y el ahumado, que continúan vigentes hasta nuestros días.

La actividad pesquera ha cubierto en gran medida las necesidades del hombre desde los primeros tiempos, pero, debido a su rápida oxidación de estas especies, solo las zonas más cercanas al mar y los ríos se beneficiaban de sus propiedades. Gracias a la salazón, en cambio, esta especialidad gastronómica pudo difundirse por toda la geografía y reservarse para ser consumida en momentos de mayor escasez. Aunque hay hallazgos que señalan a Mesopotamia y Egipto como lugares precursores de este método, los primeros en sacarle un provecho comercial fueron los fenicios (hace más de 2.500 años). Más tarde, en la época de los romanos, la salazón de pescado llegó a ser parte fundamental y muy valorada de la gastronomía, siendo España una de las cunas de su producción (sobre todo en las regiones de Almuñecar, Cádiz, Adra y Cartagena, en Murcia). 

El empleo de la sal en el pescado reduce el contenido de agua, impidiendo así el desarrollo de las bacterias causantes de su putrefacción. Aunque esta práctica puede aplicarse a una amplia variedad de pescados, el salado es más usual en especies como la sardina, el bacalao, el atún o la dorada, entre otros. Algo más tarde, y ligado al método dela salazón, se desarrolló la técnica del ahumado, consistente en el empleo de humo (procedente de madera sin resina) sobre el pescado para provocar también la deshidratación de la especie marina y alargar la duración de su calidad. 

Aunque en la actualidad existen técnicas más avanzadas para mantener el pescado, como la conserva o la congelación, la práctica de la salazón y el ahumado siguen empleándose ampliamente. El objetivo ya no es conservar los productos, sino conseguir el sabor y el aroma tan requeridos por los consumidores. Visita nuestra tienda y encuentra estas propiedades en los productos Nutryfish.

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