jueves, 10 de enero de 2013

El valor de comer pescado durante el embarazo...


Un estudio publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition  indica que los hijos de mujeres que han consumido más pescado durante el embarazo obtienen mejores resultados en pruebas de inteligencia verbal, habilidades motoras complejas y comportamientos proclives a la socialización.

Los resultados proceden del proyecto Nutrimenthe, incluído en el Séptimo Programa Marco de la Unión Europea. Este proyecto se encarga de estudiar las  evidencias de que la alimentación en las primeras etapas de la vida puede influir en el rendimiento, el desarrollo cognitivo y en el comportamiento del niño.
Diferentes estudios demuestran como la alimentación durante el embarazo, la lactancia materna y la infancia pueden tener implicaciones en el crecimiento del niño y su salud a largo plazo, además de que puede influir en el desarrollo posterior de enfermedades en el adulto.

Los pescados grasos como las anchoas o el atún son la fuente más importante de ácidos grasos omega-3 de cadena larga como el ácido docosahexaenoico (DHA), un componente estructural clave de las células y, sobre todo, de la membrana de las células del cerebro.
A través de Nutrimenthe los investigadores analizaron la manera en la que el pescado contribuye al desarrollo normal del cerebro y los ojos del feto y el lactante, así como en la variación genética de la capacidad intelectual.

En un estudio anterior se había descubierto que el consumo de pescado durante la gestación está relacionado con el coeficiente intelectual verbal a los ocho años de edad, pero no se identificó qué componente del pescado influía en este efecto. 

El buen estado nutricional inicial de la gestante es de suma importancia para un óptimo desarrollo del embarazo, por lo tanto previo al embarazo sería aconsejable realizar una valoración, ya que en casos de malnutrición (generalmente relacionadas con la mala práctica alimentaria, como dietas de adelgazamiento…) que no alcanzan el nivel de gravedad suficiente para impedir una concepción normal, pero que sí  influye en el desarrollo fetal  y que  en ocasiones, puede llegar a provocar abortos.
En cualquier caso, es evidente que la alimentación y la gestación están asociadas al curso de un embarazo normal.

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